Yo imaginación

Yo imaginación

Contemos un cuento y
narremos la historia de cuando inventabas posibilidades.
Agitemos la memoria porque allá en lo profundo,
debajo de la seriedad y
casi ahogada por la vergüenza,
tengo ganas de ser.
Ganas de nacer jaguares verdes sin machas;
de cantar canciones que tarareen los seres que nacen con
ronrrones en la panza,
de ver el mundo al revés colgados de una rama.
Por mi culpa todo es posible.
Vamos,
Juguemos a que somos libres
mientras dejamos de lado el aburrimiento adulto
que nos creció con los años y

nos quiere encerrar.

Foto de Ramona Steiner, tomada de Aula de Especialización Fotográfica.

Foto de Ramona Steiner, tomada de Aula de Especialización Fotográfica.

Suspiros de verano (cuento)

Ella escuchó cómo su madre, en un acto de esperanza le preguntaba al sujeto en cuestión: “Está seguro de quererse quedar con ella. Ya conoce cómo es”. Esas palabras zumbaron en su estómago, su cabeza y su corazón. Tras un suspiro profundo decidió ahogarlas. Avanzó en la noche queriendo salir de ese cuerpo herido, queriendo encontrar la manera de contener la tristeza que emanaba a correntadas de sus ojos, nariz y de su boca, con cada alarido que daba repudiando el desazón. Los años de separación y ausencia parían esa noche el más cruel de los frutos.

Ese recuerdo palpitaba de nuevo en su mente. El taladro empezó al escuchar aquel suspiro profundo saliendo de su pecho, como si él no pudiera contener más los desvaríos de sus acciones. Quiso arrancárselos todos juntos para que no tuviera más ladrillos con que sepultar su jodida alma. Vio en sus pasos y sus ojos, duda; esa que florecía producto de años de decisiones interesantes. Vio ciclos repetirse. -¿Estás seguro de querer caminar a mi lado?-

Sintió la fuerza de las manías que apolillan buscando una ruta de escape; relojes partirse en pedazos alfombrando separaciones sin más minutos o segundos que ofrecer. Allá iba su voluntad diluida en el llanto que corría entre sus venas y músculos.

No podría llorar como loca en esa plaza llena de gente. Seguramente tantos ojos despistados pasarían por alto aquel desliz; no hay tiempo para reparar en llantos mientras se vuelve a casa soñando mecánicamente en el final feliz. Pero él lo sabría.

De alguna manera intuiría las maldiciones que escribió al reverso de cualquier papel. Sabría si lloraba inconteniblemente y volvería a suspirar, más hondo, más hondo, más hondo quizá, hasta ahogar definitivamente la poca paciencia que le quedaba o como buscando otro tanto. Aquel sujeto había desarrollado la capacidad mágica de saber cuándo estaba triste, alegre o ansiosa, así que apretó los lagrimales.

Le fue mucho mejor recorriendo el tiempo, andando las calles soleadas de final de verano mientras recordaba la fe que le tuvo aquel otro hombre en otro tiempo de su vida. Sonrió brevemente. Algunas veces, cuando las piernas no le respondían y el corazón parecía detenerse, volvía al archivo de recuerdos. En medio del alboroto encontraba la esperanza, la buena acción, la palabra certera.

Sintió las ganas locas de saberse juzgada y enjuiciada por aquella voz contundente que nunca perdió la confianza en su ser (aunque desde siempre tuviera la habilidad de echar a perder las cosas). Quiso solo ser ella, la hija de su padre y tener aquellos brazos disponibles para que la cargaran alto, o los dedos que la hicieran reír hasta el llanto. Siempre es bueno volver un poco la vista. Así le volvían las ganas, reafirmando que no todo fue tan malo como las palabras de su madre.

Decidió atar un hilo rojo a la fe de alguien, en cualquier lugar del universo. No podía haber hecho las cosas tan mal si seguía allí. Claro, –no todo es siempre color de rosa ni vivo en una burbuja-, eso ya lo había entendido tiempo atrás. La vida es policromática. Desde algunos años atrás dejó de creer en las princesas; pero hasta hace poco entendió que algunos sapos o ranas se quedan así sin importar los besos que le atiborren.

Ser rana no es tan malo si se es una rana coherente. Lo mejor de todo eran los besos, así que salió de la plaza y fue en busca de ellos. Llenó sus pulmones de aire y al encontrarlo de frente, con un amoroso y frenético beso, le llenó los suyos casi haciéndolos explotar. –Para que sigas suspirando-.

suspiros. cuento Foto tomada de la web

izquierda

Voy a votar por la izquierda por necia,
por coherente,
porque la derecha no más me sirve para escribir.
Estoy harta de comer mierda, de vivir en la mierda y de ser tratada como tal.
Voy a votar por la izquierda por la larga fila de nombres que han creído, han vivido y muerto a la luz de un sueño digno.
Voy a votar por la esperanza y la acción de construir vida desde abajo y a la izquierda.
Voy a votar a la izquierda, por el pensamiento de izquierda,
no por los «políticos» que hoy viven de los partidos de «izquierda».

 

solo tenemos un camino/ nelton rivera

solo tenemos un camino/ nelton rivera

EXTRAÑAR

A mi madre.

Tomado del muro de Eva Cameros.

Tomado del muro de Eva Cameros.

 
Debí grabar mil casetes de cinta con tu voz
diciendo buenos días,
regañando al perro,
gritando tu canción favorita.

 
Debí tomarte mil fotografías a diferentes horas,
con los distintos rayos del sol que ofrece el cielo.
Tus caras alegres,
tus caras tristes.

 
Debí anotar en mi cuaderno tus palabras,
los consejos útiles,
de cocina o de pareja.
Tus enojos profundos y tus regaños pasajeros.

 
Debí medir la temperatura de tus abrazos,
para reproducirlo con en la calefacción de mi cuarto.

 
Debí medir el tamaño de tu sonrisa
para dibujarla en mis paredes las veces que sea necesario.

 
Debí hacer tantas cosas para no extrañarte tanto,
para no extrañarte tanto,
para no extrañarte tanto y
para no tener tanto miedo a olvidarte.

PARA VOS -en préstamo-

Foto: Fernando Poyón

Foto: Fernando Poyón

Para vos tengo un par de galletas de mantequilla y un tecito de manzanilla, por aquello de las nostalgias y las tardes de recuerdo, más intensas que las canciones de los 80 que tarareamos gracias a nuestras hermanas.

Vos sos de esas niñas grandes que pretenden ser adultas y hacen berrinche mientras se embriagan de madrugadas y se ahogan en llanto porque tienen el corazón tan tremendo: pinchado como una pasa ante las ausencias y los desamores, e intenso como un güisquil. Tenga presente el cielo cuánto amor alberga tu corazón a la hora de repartir redenciones ya que los corajes que reparte son producto del extremo amor que promulgás.

La niña grande de los ojos profundos. La que sale bien en las fotos y tiene pendientes más de 20 oficios: podrás ser taxista, mecánica, especialista en berenjenas, catadora de café o aguardiente, empapeladora, camionetera, entre muchos otros etcéteras. También podés ejercer la hermosa función de hermana prestada; porque eso de ser hermana ha trascendido la cuestión del adn o las sangres positivas o negativas.

Es cuestión de paciencia. Conforme pasa el tiempo y se va arando, escarbando, a base de palabras y complicidad, pues resulta que se puede cosechar una hermana prestada. Yo tengo paciencia y vos mucha enjundia para aguantar mis propios berrinches; además, tengo cientos de palabras ya anotadas en la mente de las cosas que tenemos pendientes.

Si te hacés presente,niña-compa-hermana, las ausencias se hacen más cortas, los vacíos que dejan las hermanas verdaderas se hacen más llevaderos, y hay con quien compartir la hora del chisme, los reclamos y la complicidad para armar la revolución, construir un mundo donde quepan otros mundos y luchar por la paz mundial.

Ándale niña grande, te pego el corazón con chicle y jugamos a las escondidas sin perdernos en el tiempo.

—–Para vos, la niña del abrigo bolchevique, de los ojos intensos y el cabello milimétricamente recortado Cele Maltiox—–

san simón (Ri laj mam)

En uno de los cuartos de la casa familiar vos tenés tres nombres, tres caras, un espacio compartido. Imponente, sentado al lado del joven crucificado, reliquia familiar más antigua que vos, has resistido al paso del tiempo, la llegada de la muerte y el peso del olvido. Vivís por la gente antigua que te aprendió las mañas y nos enseñan que te gusta fumar puro y que te dejen billetes entre la ropa.

Este día es de fiesta en la casa familiar. Hay que comprar el pino y regarlo en el patio, preparar lo cuetes, hacer la comida de fiesta y preparar el trago, pues al llegar la noche haremos la fila frente a vos para que nuestros cuerpos sean recorridos con la hoja de xilca, la candela de cebo y el huevo de gallina. Aquí está tu pan, tu comida, tu trago, tu agua.

Se inunda el cuarto con olor a incienso y flores, y se ilumina con el calor de tantas candelas juntas, de colores diversos con objetivos diferentes; en movimiento está la llama que indica que estás contento y agradecido. Antes de comer y en medio de la marimba, llueve el aguardiente sobre mi cara y sobre la tuya. Tomemos y comamos juntos, bailemos celebrando un año más, soltemos el llanto y la tristeza, pidamos que no nos falte la vida.

Felices y contentos riamos en la fiesta, aunque… pasado algún tiempo y según muera la gente o crezcan los niños, vos vayás quedando en silencio y en tu espacio solo quede aquel santito con la cruz en la mano y la certeza de que el tiempo avanza.

Pintura del artista salvadoreño Renacho Melgar, militante por la memoria histórica.

Pintura del artista salvadoreño Renacho Melgar, militante por la memoria histórica.

(razones)

niñas-niñas-razones.  Foto: Manuel Bolom Yaxcal.

niñas-niñas-razones de la Escuela del Caserío López, Colotenango.
Foto: Manuel Bolom Yaxcal.

 

 

Pregunten quiénes iluminan nuestro día agitado y soleado,
Por quiénes aguantamos la carga en la espalda,
sin abnegación
solo con mucha dignidad.

Pregunten las locas razones
de nuestros cuerpos agrietados.
No inventen inmaculadas y frágiles devociones.
Pregunten por qué tanta necedad.

Unas defendemos la vida que se ha parido,
con ganas locas de que se sonrían sin hambre
enseñando sus panzas llenas de frijoles.
Sangre de nuestra sangre, nuestro aliento.

Otras luchamos por los partos venideros,
por cada músculo y hueso en formación.
Queremos ver en sus ojitos pispiretos
que la vida les florece y les rebalsa sanamente.

Muchas luchamos por las sonrisas que vemos en la calle,
de pie en las esquinas de esta ciudad concreto,
ojos que esperan el arrullo de la noche y el descanso.
Reconstruimos su arrebatado derecho a jugar.

Resistimos la deuda externa para que no deban y
la guerra interna para que no mueran.
Aguantamos con libre y digno coraje.
Luchamos por otra realidad.

Pregunten,
tenemos miles de tiernas y firmes razones
de colores y lugares diferentes,
para que hablen y lean, ¡que sueñen!

Si nos preguntan y no inventan
les gritaremos nuestras razones.
Nosotras cada vez más necias y
las niñas-niños-razones, cada vez más libres.